sábado, 4 de mayo de 2013

CORRE CORRE-



-Corre corre que te pillo. Grita el ratoncito al gato.
Este lo mira un poco desconcertado y también, enfadado.
-¡Oyes tú! ¿Que te has creído, pequeñajo majadero?
El ratoncito le mira y enseguida se da cuenta, que al gato, no lo domina.
-¿Se puede saber que te pasa?.  Grita el ratón, plantando cara
-¿ Que qué me pasa? Grita el gato enfadado.

-¡Que miedo! dice el ratón, burlándose.
No pudiendo aguantar mas el gato, las impertinencias del ratón.
¡Zás! se lo comió.
Estando en la tripa del gato, el ratón, seguia molestando: saltaba,  arañaba y tanto molestaba, que el gato no pudiéndolo aguantar, abrió la boca y soltó al ratón.
Éste, salió corriendo y un poco asustado.
-¿ Pero como has hecho eso? ¿Me querías comer de verdad?
-Claro y como me sigas molestando, ya verás.
El ratón, se fue corriendo a su ratonera, pues no se le había pasado el susto.
El gato, se quedó feliz pensando que le dejaría tranquilo.
De esta forma el ratoncito comprendió que tenemos que respetar a los demás y no medir tus fuerzas con uno mucho mayor pues te puede pasar como a él le paso. (Menudo susto el que se llevó). 

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