Un día en el zoológico, una cebra muy triste lloraba.
- Pobre cebra ¿Qué te pasa? Le preguntaba una araña
-Que con el viento tan fuerte, he perdido cinco rayas.
La cebra desconsolada, no paraba de llorar.
-Que faena- Dijo la araña- ¿Cómo te podré ayudar?
Pensó y pensó largo rato, y nada se le ocurrió.
-¿Que hacéis? Le pregunto la ardilla que contemplaba a las dos
- La cebra esta llorando y aunque yo estoy pensando,
no se me ocurre nada para que la pobre, recupere sus cinco rayas;
dijo la araña.
-Muy fácil. Contesto la ardilla
-Tú teje cinco telas de araña y las flores las pintan de colores.
- ¡Que lista eres ardilla! has tenido una idea, que es una maravilla
Al oír esto, la cebra dejó de llorar y muy contenta está
La araña, confeccionaría las cinco rayas que le faltaba
y muy deprisa trabajó y cuando tuvo la tela,
a la ardilla se la entrego.
Y esta, con las flores la tela froto y de colores las tiño
Después la araña, fue dando vueltas para colocarla
sobre el cuerpo de la cebra.
Cuando terminaron las dos dijeron.
-Que preciosa estás con las rayas de colores.
La cebra muy feliz está; la ardilla orgullosa por la idea;
y la araña, por su trabajo
-¡Que buen equipo habían formado!
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
¡Ah! cuando vayáis al zoológico mirar bien
por si encontráis, una cebra con rayas de colores
y a su lado una araña una ardilla y flores.
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