-La primavera, es la estación, de aromas y de color.
-Todo crece muy deprisa, calienta el sol.
-Los reptiles y el oso, despiertan de su letargo.
-Surge el amor. Los pajarillos hacen sus nidos,
todos los animalitos están contentos y las flores muy
deprisa están creciendo.
-Llega la nube negra y el viento suave la empuja,
llora y todo moja
-El campo lo agradece, pues de esta forma, todo florece.
-Cuando el sol sale, después de haber llovido, se forma el
arco iris y todo lo envuelve con su colorido.
-Hay fragancias distintas, de tomillo, romero, lilas, rosas y
espliego. También de pino y tierra mojada
¡Que olor tan bueno!
-Colores verdes intensos, rojos morados, amarillos, azules, y
anaranjados.
-Todo es hermoso, ya no hay silencio como en invierno, en
que el campo, esta todo durmiendo.
-Todo en la primavera despertó, Trinan los pájaros y el rebaño
come la hierba verde que tiene el campo
-Si paseas por el campo, en esta estación, sentir la vida
oirás los latidos de su corazón.
-La estación de la vida la llamo yo, del color y las fragancias,
también del amor.
-La nube negra se esta alejando, y el sol cada vez mas, va calentando.
-La primavera se marcha, para dar paso al verano.
¡Adiós estación bonita, vuelve el próximo año!
-Hoy os contare una historia, o mejor, será una lección.
-Aprenderéis las estaciones, cuatro el año tienen,
son todas distintas, de clima y color.
-Empezaremos por el invierno.
Es la única estación que conoce a dos años, el que termina
y al que empezó.
-Ya viene el viento del norte, sopla con fuerza, el campo esta
desnudo, las nubes se acercan, se despejan de sus aguas y al
caer sobre la tierra, una blanca alfombra deja.
-El campo ya no esta desnudo, un manto blanco se extiende
sobre el. La nube llorona y el viento del norte, la nieve han traído.
-El invierno, es una estación hermosa, todo es silencio, tranquilo,
todo esta blanco y dormido.
-Los días son cortos, las noches largas, llega la navidad.
-Nace el niño Jesús todos lo celebramos. Termina el año y empieza
otro a nacer, los Reyes Magos vienen también.
-La nieve llena de agua los ríos y pantanos. empieza el sol a calentar, el viento del norte se va.
-El invierno se acaba, la primavera viene de camino.
-Adiós invierno blanco, eres frió y mojado, pero tan necesario.
-Llego la primavera, el invierno ha terminado.
.
-Deprisa deprisa. Decía Frasquito.
Este era un ratoncito cojito y tartaja.
Los otros ratones, de el se burlaban
El pobre Frasquito cuando mas nervioso se ponía
mucho mas se atascaba.
-Deprisa deprisa. Esto era lo único que decía.
Un día unos ratoncitos jugando
¡Nada menos que con unas cerillas!
prendieron fuego a unas cortinas.
Frasquito lo vio y se puso
muy nervioso.
El pobre con los nervios se encasquillo.
Y no podía gritar ni hablar, ni decir deprisa, deprisa.
¡Las llamas crecían y los ratoncitos se iban a quemar!
Entonces Frasquito no se lo pensó.
Cogió en brazos a los ratoncitos
y por una escalera que encontró,
trepo hasta la ventana
y uno a uno, a los ratoncitos salvó.
Pero cuando el quiso saltar, las llamas
le empezaron a quemar el rabito.
Cuando los bomberos, con las mangueras llegaron y
el rabito de Frasquito apagaron.
Todos los ratoncitos que antes se burlaban, ahora le aplaudían y le pedían perdón.
¡Que valiente fue! Se quemo el rabito,
pero pudo salvar a los ratoncitos
" y sin dar ni un solo grito"
MORALEJA- Nunca juguéis con cerillas, pues si Frasquito
no hubiera estado, los ratoncitos se habrían quemado...
Era una mañana de verano en Galicia, en un lugar llamado
Bayona cerca del mar.
Pasaba unos días Carmen con sus abuelos.
Estos tenían un jardín muy grande, desde donde se veía el mar y mucha vegetación, arboles muy grandes y verdes con diferentes matices.
Las "islas Cíes" frente a la casa, con un mar maravilloso de un azul intenso por unos lados y verde por otros.
Todo esto, visto desde el jardín de los abuelos de Carmen, parecía un paisaje de ensueño.
"Y aquí es donde empezó todo".
Fue una mañana ya tarde, el sol lucía muy alto y calentaba mucho.
Carmen, estaba jugando a la sombra del olivo y no se dio cuenta que junto a ella, estaba el ratón de nuestra historia.
-¿Hola como estas? Le dijo una vocecita a la niña, esta, se sorprendió y miro para todos los sitios.
-¡Eh, que estoy aquí! Grito mas fuerte el ratón.
Carmen entonces miró bien y lo vio, pero como le gustaban mucho los animalitos "no se asustó".
-¿Quien eres y de donde vienes? ¡ Abuela ven! Llamó la niña.
- Soy un ratón y me llamo Alfredito, vengo a vivir aquí.
-Desde "las islas Cíes" donde yo vivía, con un "catalejo" muy grande que un amigo mío tiene y también un barco, te veía jugar y me imaginaba lo bien que lo iba a pasar aquí contigo.
-¿ Pero como has llegado hasta aquí? Pregunta extrañada la niña.
-Me trajo mi amigo en su barco y luego, una gaviota me dejo aquí.
Carmen se puso muy contenta con su nuevo amigo.
Recordaba a las tortugas de la casa de Madrid y lo bien que con ellas se lo pasaba.
-¿Me puedo quedar a vivir aquí, si o no? Dijo impaciente Alfredito.
La niña muy contenta llamo a su abuela y esta asustada al ver al ratón con su nieta, "grito tan fuerte" que el ratón salió corriendo a esconderse.
-¡Uy! ¡ qué susto tan grande! dijo el ratón temblando.
Carmen le contó a su abuela lo que Alfredito le dijo, pidiéndole permiso para que se quedara allí.
Su abuela un poco asustada todavía lo buscó y lo encontró escondido debajo del rosal
-Perdona Alfredito el susto que te he dado, no tengas miedo puedes quedarte con Carmen.
Y de esta forma fue como el ratón se quedo allí.
Ya os contare sus aventuras ¡que fueron muchas!
Como cuando vino "la ardilla," pero esto será otro día....
Un día en el zoológico, una cebra muy triste lloraba.
- Pobre cebra ¿Qué te pasa? Le preguntaba una araña
-Que con el viento tan fuerte, he perdido cinco rayas.
La cebra desconsolada, no paraba de llorar.
-Que faena- Dijo la araña- ¿Cómo te podré ayudar?
Pensó y pensó largo rato, y nada se le ocurrió.
-¿Que hacéis? Le pregunto la ardilla que contemplaba a las dos
- La cebra esta llorando y aunque yo estoy pensando,
no se me ocurre nada para que la pobre, recupere sus cinco rayas;
dijo la araña.
-Muy fácil. Contesto la ardilla
-Tú teje cinco telas de araña y las flores las pintan de colores.
- ¡Que lista eres ardilla! has tenido una idea, que es una maravilla
Al oír esto, la cebra dejó de llorar y muy contenta está
La araña, confeccionaría las cinco rayas que le faltaba
y muy deprisa trabajó y cuando tuvo la tela,
a la ardilla se la entrego.
Y esta, con las flores la tela froto y de colores las tiño
Después la araña, fue dando vueltas para colocarla
sobre el cuerpo de la cebra.
Cuando terminaron las dos dijeron.
-Que preciosa estás con las rayas de colores.
La cebra muy feliz está; la ardilla orgullosa por la idea;
y la araña, por su trabajo
-¡Que buen equipo habían formado!
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
¡Ah! cuando vayáis al zoológico mirar bien
por si encontráis, una cebra con rayas de colores
y a su lado una araña una ardilla y flores.
Bueno segamos con nuestra historia,
-Vamos Ana Rosa, empuja con fuerza, preciosa.
Decía el caracol a la tortuga,
Esta muy contenta, tiraba de su prima con fuerza
- ¡Ya queda poco para llegar a la orilla!
El ratoncito sin pensar quiso ayudar
y tan emocionado estaba que se cayo al agua
y el salvamento le costo un buen remojón
-¡Ya llegas animo!
Animaba el ratoncito mojado, que en mi jardín también vivía
Llegaron ala orilla, y ya, apenas no llovíaEntregando al pajarito a su mama
y aunque estaba muy mojado, lo habían salvado
Dieron la vuelta a Simforosa, que estaba un poco mareada
vio ala pajarita abrazar a su hijo emocionada,
y dándoles a todos las gracias, se fue volando a su nido.
todos quedaron a gusto, pues nada grave paso, solo fue un susto.
Después de la lluvia, salió el sol
Y en las piedras el caracol, esta reposando como un señor
-¡Viva el caracol, viva! Decían todos a coro
Desde el árbol le pajarito los miraba: pero ya estaba séquito
pues su mama lo baño y la merienda le dio
- ¿Pero sabéis una cosa?
Que la pajarita no se fiaba y lo ato, con un cordón de zapatos que me pidió
Y todos en mi jardín siguen viviendo muy felices, pudes créetelo, siii...
Pero si no lo crees, ven aquí.
- Tenemos en mi jardín, un lago muy chiquitito
tiene un isla en el centro, una fuente con chorlitos
el acceso a la isla, son dos puentes de madera,
también estos, pequeñitos.
Tengo peces de colores, tortugas, una rana y un sapito.
Un caracol que es muy pillo y siempre se esta comiendo
las flores de mi tomillo
En este lado del jardín, todos viven muy contentos
y siempre cada día, jugando los encuentro
La ranita y el sapito, los peces con su barquito
las tortugas y el caracol, juntos en las piedras, toman el sol
Estando así una tarde, empezó a llover, caía tanta agua, que parecía un un torrente.
yo me refugie en el porche, estando allí, oí unos gritos muy fuertes
-¿Socorro que alguien me ayude? Gritaba una pajarita,
¿Por favor mi hijo se callo al lago y se va a hogar?
Pedía auxilio asustada la pobre pajarita.
La rana, el sapito y los pececitos, eran muy pequeñitos
y no podían con el pajarito
Las tortugas se acercaron, pero no sabían que hacer
estaban tan nerviosos y no paraba de llover
Entonces llego el caracol,
-Tranquilos que aquí estoy yo, dejarme pensar.
¡Ya tengo la solución! Tu Sinforosa ponte boca arriba y coge al pajarito con tu barriga
dirigiéndose a la tortuga.
Y tu Ana Rosa, empuja con fuerza a tu prima hasta la orilla.
Continuara...
Pepiño, era un niño bastante raro, por todo se reía
hasta cuando se caíaPor el pueblo se decía que tenia una risa tonta.
Cierto día, llegaron unos forasteros que decían ser
cómicos y hacían teatro.
Estos pobres eran tan malos, que cuando actuaban
siempre salían apaleados.
Como en aquel pueblo no los conocían, se vendieron todas las entradas.
Los cómicos, estaban muy contentos y la gente, deseando que llegara la hora del estreno, pues decían que era una obra muy graciosa.
Bueno, todos menos los pobres cómicos que por experiencia de otras veces sabían lo que les esperaba.
(Les apalearían como en todos los otros sitios).
Llego la hora y el teatro estaba lleno, pues para el
pueblo era un acontecimiento.
Empezó la función y la gente se impacientaba, uno chillando
pregunto.
-¿Cuando empieza la risa? Levantando la garrota en señal de amenaza.
En ese momento entra Pepiño y al ver la garrota en alto creyendo que se trataba de la obra, rompió a reír con tal fuerza que todos se contagiaron.
Riendo con tal estrépito, que hasta los cómicos se reían de ellos mismos
Pasaron una noche inolvidable, gracias ala risa tonta que les contagio Pepiño
fin---
