domingo, 9 de junio de 2013


EL CUCÚ-

En mi jardín, vivía un pajarito bastante torpe.
Tenía el nido en lo alto del olivo
El, creía que era un gran cantante ¡pobrecito!
solo decía -cucú.  cucú,  cucú. 
La rana Tomasa y el caracol Gumersindo estaban artos de escucharle cantar siempre
 la misma canción.
-Cucú, cucú, cucú.
-¡Nos tienes un poco artos! Le reprocho el caracol.
-¡Como un poco! ¡yo  me voy a volver loca si no cambias de copla!
 Mira que eres malo cantando. Dijo Tomasa.
- Es que solo se esta canción, del cu. Dijo el pajarito
sin terminar la frase, al ver la cara de la rana.
 



-¡Ni se te ocurra mencionar la canción! ¡Ni se te ocurra!...
dijo Tomasa muy enfadada.
-¿Oyes Tomasa, por que no le enseñas tu a cantar? Dijo el caracol 
-¡Que dices! Yo no tengo paciencia.  Respondió la rana.
Pero enseguida rectifico. Antes de verse martirizada por el cucú   
era preferible intentar enseñarle otra.
Y de esta forma la rana Tomasa, paso a ser la profesora de canto.
En mi jardín, todo los animalitos estaban enfadados y nerviosos, no lo podían aguantar
-¡Nooo, así no! Rectificaba a gritos Tomasa. 
-Se canta así, croa croa croa.
No se lo que era peor,  el  cucú o el croa croa.
Menos mal que la rana con su poca paciencia se canso pronto
y en el jardín volvió a reinar la paz.
Pero duro poco, pues el pajarito para que todos viera lo aplicado
y listo que era.
 
 Una mañana empezó a cantar, pero esta vez era  una canción, delicada y armoniosa.
Que sorpresa sintieron todos los animalitos, que embelesados lo escuchaban.
-¿Como es posible que le hayas enseñado también Tomasa?
Preguntaron a la rana.
-¡Ni yo misma lo entiendo! Respondía  esta, perpleja.
 - Es que me sorprende tanto. Dijo el caracol.
-No te ofendas querida, como cantante eres melisma.
 Pero como profesora ¡Estraordinaria!
Un poco incomoda con aquella obserbación del caracol, pero
contenta, pues gracias a sus lecciones, el cucú cantaba divinamente.
Lo que no sabía ella, es que el  cucú, no aguantaba la horrible voz de la rana, prefiriendo hacerlo bien antes de oírla otra vez.
Si queréis cantar bien, la prueba ya la sabéis.
¿Llamamos a Tomasa???  


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