Era una noche de invierno fría, el viento rugía con fuerza desplazando las nubes.
una noche desapacible y oscura, el viento seguía rugiendo como un coyote herido.
Caminando por el sendero desierto dos siluetas que poco a poco se acercaban hasta el pueblo. Una luz se vislumbra atreves de una ventana.
Aquellas sombras precian las de un hombre y un perro que caminaban con dificultad por el viento
¡De pronto el hombre tropieza y cae al suelo! El perro ladra lastimosamente pidiendo auxilio.
-Por favor que alguien ayude a mi amo.
Nadie acude, el viento amortigua la voz de sus ladridos, desesperado el pobre animal
se tumba junto a su amo y con su cuerpo treta de darle calor.
El hombre sigue inconsciente y el pobre perro sigue ladrando desesperado.Y es entonces cuando el viento deja de soplar, las nubes desaparecen y un lucero en el Cielo brilla con tanta intensidad que la noche parece día.
Aquella estrella brillante se acerca a los caminantes, sus rayos calentaban como sol y aquella noche fría, en cálida la convirtió.
¿Sabéis lo que sucedió?
Con el calor, los ladridos y las caricias de su perro, el hombre despertó.
El lucero al cielo volvió y el perro muy alegre le despidió.
De aquella casa de la luz en la ventana salio
un niño que ayudo a entrar a su papa y a su perro y contentos todos en la casa están.
Los animales son especiales si tenéis uno cuidarlo, no los abandonéis.
El no te abandonaría a ti, no lo haría jamas.
MUY BUEN CONSEJO.
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