Era una mañana con mucho sol, dos delfines estaban en un
parque acuático jugando, felices saltaban y nadaban.
Un niño que los estaba contemplando, se acercó a la piscina tanto, que se cayó en ella.
Su mama, lo buscó por todas partes sin encontrarle, preguntó a los guardianes del parque.
-Por favor, no habrán visto a un niño de cinco años, pelirrojo, con ojos azules.
-No señora, esto es la piscina de los delfines y por aquí, no ha
pasado nadie que nosotros hallamos visto.
La madre, cada vez mas angustiada, lo buscaba por todas partes,
pero nadie lo había visto.
Empezaba el espectáculo de los delfines y la gente, se situaba
en sus asientos para verlo.
-Que es eso, un niño encima de un delfín y es muy pequeño.
Al oírlo, la mama corrió hasta aquel sitio.
-No puede ser, si es mi niño.
dijo gritando.
El niño, que iba subido en uno de los
delfines, la llamó muy contento.
-Mamá mira, son mis amigos, me caí al agua y ellos me salvaron.
La madre y los vigilantes, corrieron a cogerle, pero el niño y los delfines, seguían jugando haciendo las delicias del publico.
Terminó el espectáculo y el niño se despidió de sus amigos
volviendo con su mamá
-Gracias por salvar a mi niño.
Dijo la mamá a los delfines. Estos, muy contentos les dijeron adiós.
fin--
Amaneció una mañana reluciente por el sol
las flores, con sus aromas y colores todo lo
embellecía, era muy hermoso el día.
dentro de una jaula, un pajarito muy triste estaba.
Encima del olivo, otro pajarito contento cantaba y
de una rama a otra saltaba.
Fue entonces cuando se fijo en el pajarito enjaulado
y volando se poso en la jaula.
-Hola ¿No canta, porque estas triste? Tienes una casa
muy bonita.
-Si es muy bonita pero no puedo verlo todo
como tu.
Contesto el pajarito enjaulado cada vez mas triste.
-No te preocupes amigo, yo te sacare y vendras
con migo.
Dijo muy convencido el otro pajarito. Y con
las alas y el pico abrió la puerta de la jaula dejándolo en libertad.
-Venga sal, no tengas miedo, veras que bonito
se ve todo desde mi olivo.
El pajarito salio de la jaula, al principio, su
vuelo era lento y un poco inseguro, pero poco
a poco, fue mas rápido.
-Que bien, que bonito es todo y como me gusta volar.
Decía el pajarito contentísimo, moviendo
las alas con mucha rapidez.
-Bien amigo, que bien vuelas sigue,
sigue volando.
Y los dos pajaritos recorrieron el jardín y bebieron agua en el lago, olieron el perfume de las flores y admiraron sus maravillosos colores
Después de descansar, los dos pajaritos se
pusieron acatar y así, pasaron la mañana.
Eran tan felices.
Al atardecer,el pajarito volvió a su jaula,pero ya no estuvo triste pues supo como era el paisaje volando.
fin--
Era Manchitas una ovejita muy bonita, pero un poco rara
tenia un amigo que era un perro llamado Celeste, también
un poco raro.
Sucedió que una mañana que estaban los dos jugando, se
les acerco una hormiga.
-¿Quien sois no os había visto antes por aquí?
Dijo esta mirándolos con extrañeza.
-¡Sois muy raros!
continuo la hormiga diciendo y mirándolos con curiosidad.
- ¿Que te pasa no has visto nunca a un perro azul ni a una oveja rosa con manchitas?
Dijo el perro un poco molesto.
La hormiga asustada dijo tímidamente
-No nunca lo había visto, pero me gustáis mucho, sois muy bonitos.
- Gracias por el cumplido,
respondieron los dos amigos raritos.
Y de esta manera se hicieron amigos los tres.
-Manchitas, vamos a jugar, ponte con la hormiga, pero ten cuidado de no aplastarla.
dijo el perro celeste.
-No te preocupes que yo me subo encima de Manchitas.
todos rieron contentos por la ocurrencia de la hormiga y de esta
forma los tres jugaron divertidos.
Tengo que decir que la hormiga también era rara,..
otro día contare las cosas hacían y como se divertían.
fin--
Estaba Bartolillo el cocodrilo en el rió dando vueltas sin para,
cuando se le acercó Pedrito, un ratón muy pequeñito .
-Hola señor cocodrilo ¿Que haces dando tantas vueltas?
preguntó intrigado el ratón.
-¿No lo ves? Quiero cazar a la serpiente que tengo detrás .
dijo el cocodrilo mirando su cola.
-¿Que serpiente? Yo no la veo.
contestó el ratón intrigado
-¿Que te pasa, estas ciego, no ves como se mueve?
y el cocodrilo movía la cola con fuerza.
-Pero esta no es una serpiente, es tu cola.
contestó muy divertido Pedrito el ratoncito.
-¿Que, me tomas el pelo con esa estúpida broma?
Verás cuando pille a la serpiente y me la coma, yo me reiré de ti.
Y siguió dando vueltas detrás de su cola como un loco furioso
gritando.
-Te tengo que coger , te tengo que coger serpiente.
Pedrito el ratón se alejo de aquel lugar, pues no merecía la pena
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esperar ya que el cocodrilo estaba loco y no cogería a la serpiente, pues era su cola.
De pronto, se escucho un grito
Este loco se ha mordido la cola.
Dijo el ratón acariciando su rabito.
FIN